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En esta ocasión os presentamos a alguien, también, muy especial: Achú-Linn
Es el Guardián de los Cuentos. Sí, ese es su principal cometido, tanto en el Reino de Achú, como en la Humanidad.

Es él el encargado de difundir toda su Sabiduría de forma amena y entendible, para niños y grandes. Para todos los que disfrutan leyendo u oyendo historias y cuentos fascinantes, que te transportan y transforman. Pues este es en verdad el cometido "oculto" de sus Cuentos. Achú-Linn tiene la facultad de transformar los cuentos en "medicina" para nuestra Alma. El Amor, la vibración de las palabras, en sus Cuentos contenidas, esa Sabiduría, pasa a nosotros a través de nuestros oídos, transformándonos, elevándonos, haciéndonos vibrar diferente, con lo que sanamos viejos bloqueos sin darnos cuenta.

Los Cuentos de Achú-Linn también nos hacen reconectar con nuestro niño interior, un poco olvidado. Estas historias maravillosas y cargadas de significación, nutren a nuestro niño interior, haciéndonos estar más cerca de nuestro Sentir más puro.

¡Recibámos a Achú-Linn y su Saber con el Corazón!

Os queremos presentar a Malla. Malla es el Espíritu o la Conciencia de la Alegría. Sí, ¡como lo oís!

La Alegría está viva, es un ser que siente, piensa, sufre... y ahora se pone en contacto con la Humanidad, para hacernos saber que está muy triste, porque la hemos apartado de nuestro lado. Ella nos pide que le abramos de nuevo nuestros corazones, para todos juntos avanzar en el Nuevo Paraíso que se va a instaurar en Gaia.

Es por eso que Ella, desde su ilusión y entusiasmo, nos anima a permenecer despiertos y en nuestro sentir como seres Sagrados, seres puros e impecables. Nos insta pues, a posicionarnos en estos tiempos "difíciles" que corren para la Humanidad. Pero Malla quiere hacerlo desde el punto de la Alegría, la que a Ella describe y caracteríaza, la que Ella sostiene. No sólo como la Alegría que estalla en un momento dado y se olvida al siguiente, sino como una Alegría profunda, continuada y verdadera, casi como un estado perpetuo del Alma.

Así pues, pongámonos manos a la obra y recibamos a este gran Ser, que ha estado esperando su momento para darnos su mensaje de apoyo, con una gran sonrisa en nuestros rostros. Permitámosle que habite en nuestros apagados y confusos corazones. Pidámosle también que nos ilumine y abrace con todo su Ser. Sintámonos alegres, sintámos a Malla.

¡Ha llegado el momento de Sentir y Vivir en la Alegría! ¡Bienvenida Malla!

¡Hola queridos visitantes de Achú!

¡Qué ilusión! ¡Qué Alegría! ¡Poderme presentar ante todos recordando quién soy y lo que a dar venía!

Soy vuestra hermana Achú-Lai, la Princesa del Reino de Achú, ciudad de la Alegría.
Y como tal, eso vengo a dar, vengo a trasmitir la Alegría de mi pueblo a ésta Humanidad, tan sombría y dolorida.

Achú es la ciudad intraterrena de la Alegría, y nosotros, pese a lo pequeños que somos, la transmitimos día a día. En Achú, todos nos llamamos parecido, cada uno representa una cualidad de la Alegría, la cual irradiamos todos en igual medida.

La Alegría está viva, tiene conciencia y quiere ser por todos querida. Ese es mi cometido, mi labor que defenderé con valía, mas no lo hago sola, tengo a Malla que me guía.

Malla es la conciencia de la Alegría, en mi comunidad muy amada y conocida, que me ha encargado deciros que le abráis paso en vuestras vidas. Así pues os la presento, pues ya ha llegado el día, en el que la Humanidad, por fin, sonría.

Entonces dejad que os pida, que el que quiera, se levante y me siga. Vamos juntos a despertar a esta Humanidad dormida, de una forma nueva… ¡con la fuerza de la Alegría! Usemos nuestra mejor arma, una sonrisa cada día.

¡Y que así llegue el día, que en la Tierra se diga, que ha triunfado el Amor, la Verdad y la Alegría!

Queridos hermanos, ha llegado el momento de presentarme ante vosotros.

Soy Achú-Con y provengo de Achú, el Reino de la Alegría. Soy el Compañero Sagrado de la Princesa Achú-Lai, a la que amo y admiro profundamente. Ese es uno de mis cometidos aquí, en la 3D. Ayudar y colaborar en la ardua tarea de restituir la Alegría en esta Humanidad, que parece haberla olvidado por completo.

Pero también tengo otra importante labor, y es que me comprometí con Achú-Linn, el guardián de los Cuentos de Achú, a transmitir y adaptar el maravilloso don que portan sus cuentos, de los cuales os hablaré más detenidamente llegado el momento.

Os diré que en Achú, cada uno de sus habitantes representamos una cualidad única de la Alegría, ya que si a alguno de vosotros pidiera que me la definierais, seguramente os daréis cuenta de que no es tarea sencilla, y que la Alegría es algo tan hermoso y complejo a la vez, que nuestro limitado vocabulario de 3D no nos permite definir plenamente.

Así pues, podemos hablar de diferentes cualidades o particularidades de la Alegría, todas ellas válidas, pero diferentes y únicas a su vez.

Imaginad por ejemplo una alegría pasajera, muy intensa, pero que tan pronto como viene se va, sería pues la Alegría eufórica…

¿Y qué me decís de la Alegría contagiosa? Surge de la nada y cuando menos te lo esperas, impregna de felicidad a todo aquel que nos rodea.
También podríamos hablar de la Alegría inesperada, y así un sinfín de maravillosas cualidades de la Alegría, encarnadas por cada habitante del Reino de Achú.

Yo, Achú-Con, represento una cualidad de la Alegría un tanto especial, y digo “especial” no porque sea mejor que otra, sino porque muchas veces no la sabemos apreciar, pasa inadvertida.
La Alegría que porto en mí es la Alegría Profunda: es una alegría discreta, que actúa desde un segundo plano, no es amante del protagonismo… No es una Alegría que se aprecie a simple vista.

Es una Alegría que hay que aprender a vivir y sentir desde el interior, alimentándola día a día, brillando en la magnificencia que cada uno.
Sólo entonces todo aquello que nos rodea se manifestará en todo su esplendor, en la Perfección que la Madre Divina creó y que, debido a que hemos apartado la Alegría de nuestros caminos, no alcanzamos a ver.

A primera vista esto que comento puede parecer utópico, pero sed fuertes y anteponeros a todas las dificultades. Valeros para ello del “arma” más poderosa e infalible que existe en todo el universo:
El Amor.

Inundad vuestros dolidos corazones con el Amor y entonces alcanzaréis la Alegría Profunda, un estado de la Alegría comparable a la mismísima Plenitud.

Ese es el don que yo porto y que os invito a sentir en vuestro interior.